Los palos del flamenco: la Seguiriya
Son tan variados y extensos los géneros del flamenco que es casi imposible resumir todo lo que este abarca, pero si te estás iniciando en el mundo del flamenco y quieres ampliar tus conocimientos básicos lo mejor es conocer los estilos más resaltantes.
Entre los palos más importantes tenemos la Seguiriya, cuyo nombre parece derivar del término “seguidilla”, y que por deformación fonológica generó no solo esta palabra, sino que algunas variantes de la misma como seguirilla, siguiriya o siguerilla y tanto en discos como en libros podemos hallar cualquiera de estas referencias al estilo. Todas válidas, puesto que el término se agitana o andaluza dando pasó a otras grafías que cada cual escribe a su modo.
Tal parece que el origen de la Seguiriya es algo incierto. Según algunos testimonios esta data de finales del s. XVIII de lugares como entre Cádiz y Sevilla, los Puertos, Jerez y el barrio de Triana como focos principales y derivan de las tonás primitivas.
Como te comentamos antes, la seguiriya es uno de los palos flamencos más complejo y de este surgen otros estilos como las serranas y las livianas, las cuales comparten el compás propio de la seguiriya; así como también las variantes seguiriyas son las cabales, seguiriyas en tono mayor.
A pesar de no tener un origen cierto, se atribuye el surgimiento de este género a las plañidera, mujeres que hacían sus cantos de velorio contratadas para tal menester; y por lo cual su nombre inicial fue “playeras”, en la primera mitad del siglo XIX, que posteriormente se dio a conocer con el nombre de seguiriya gitana.