El cante flamenco, o cante jondo, es parte fundamental de este arte, junto con el baile y el toque, la música producida por la guitarra. Procedente de la mezcla de distintas culturas y con cientos de años de antigüedad, el cante flamenco ha ido evolucionando hacia distintos estilos: en este post vamos a repasar los principales tipos de cante flamenco que hay.
¿De dónde viene el cante flamenco?
Pero empecemos por el principio: el origen del cante flamenco, al igual que el nacimiento del propio arte flamenco, no está del todo claro, aunque los estudios sobre el tema mencionan distintas culturas como punto de partida de este cante:
- Se observan rasgos comunes con los cantos monocordes islámicos.
- Además, podría proceder de la música que hacían los judíos durante su estancia en la Península.
- Parece claro que las canciones de los cristianos mozárabes podrían haber influido.
- El folclore de los gitanos, que llegaron a España en el siglo XV, ha tenido mucho que ver con su evolución.
Lo que sí parece claro es que, en sus orígenes, el cante flamenco quedaba circunscrito a la esfera privada de las clases populares, antes de profesionalizarse en los cafés cantantes, donde ya se acompañaba de música y baile, y extenderse, después, por todo el mundo, durante su época dorada.
Clasificación del cante flamenco
Es muy difícil hacer una clasificación estricta del cante flamenco, ya que es un arte subjetivo, que depende en gran medida del duende del cantaor, pero los entendidos suelen dividirlo en dos grandes grupos, precisamente, según el sentimiento que se expresa:
- Cante chico: alegre y festivo, de temas ligeros, como el amor y la felicidad. Dentro de este grupo encontraríamos el tango, las bulerías y las alegrías, por ejemplo.
- Cante grande: o cante jondo, es mucho más grave y sobrio, basado en temas como la muerte o la angustia. Pertenecen al cante grande las seguiriyas, la soleá y las tonás, entre otros palos.
Además, en función de la actitud del cantaor sobre el escenario, podemos categorizar el cante flamenco en otros dos grupos:
- Cante palante: o para adelante, aquellos en los que el protagonismo de la actuación es para el cantaor, que sale al tablao solo o, como mucho, con el acompañamiento de una guitarra.
- Cante patrás o para atrás, en los que el baile es la pieza fundamental y el cantaor se queda en segundo plano.
Cantes flamencos básicos
En este grupo se comprenden las variedades de canto más puras, estrictamente gitanas, surgidas y desarrolladas en la zona sur de Andalucía. Los 4 cantes flamencos básicos son:
- Seguiriya.
- Soleá.
- Toná.
- Tango.
Que, a su vez, pertenecen al género del cante grande.
Cantes flamencos influidos por los básicos
Se trata de palos o tipos de cante cuya estructura y temática está influenciada por uno de los cantes básicos o bien porque están emparentados con alguno de ellos, pero no se consideran, a su vez, influencia de otros. Se consideran una mezcla gitano-andaluza.
- Livianas y serranas están emparentadas con la seguiriya.
- Polos, bulerías, cañas, alboreá y romances están emparentados con la soleá.
- Alegrías, romeras, mirabrás, caracoles, cantiñas gaditanas y cualquier otra cantiña se consideran planos influidos por la soleá.
- Las saetas están emparentadas con la toná.
Cantes flamencos derivados del fandango
Se trata de los cantes locales derivados del fandango andaluz. Diferenciamos entre fandangos locales y fandangos de creación personal, ya que estos son más recientes y, por lo tanto, menos importantes históricamente hablando.
- Fandangos locales
- Verdiales
- Rondeñas
- Fandangos de Lucena
- Cantes levantinos
- Cante malagueños
- Tarantas
Cantes folclóricos aflamencados
Divididos, a su vez, por la zona geográfica de la que proceden, no se consideran estrictamente flamenco, sino que se trata de un tipo de cante local con aire aflamencado, aunque en ocasiones este aire sobresale por encima de su alma primigenia.
- Cantes aflamencados andaluces: sevillanas, peteneras, campanilleros o bambas, entre otros.
- Cantes galaico-asturienses: garrotines y farrucas.
- Cantes hispanoamericanos: colombianas, habaneras, guajiras, milongas y rumbas.
Principales palos del flamenco
Dentro del flamenco distinguimos, a su vez, cantes muy diferenciados y con identidad propia, que se distinguen, habitualmente, por su métrica, su ritmo y sus temas. A continuación, hacemos un breve repaso por los principales palos del flamenco.
Bulerías
Su origen se remonta a finales del siglo XIX en Jerez y tiene la peculiaridad de ser el cante festero por antonomasia, aunque a veces sus letras denotan gran tristeza, como corresponde a un palo emparentado con la soleá, con la que comparte letras. Algunos de los grandes maestros de las bulerías fueron Antonio Mairena, Manolo Caracol y La Niña de los Peines.
Soleás
Podemos distinguir entre 35 y 40 tipos distintos de soleá, un cante autóctono independiente cuyo nombre deriva de la palabra castellana soledad que constituye uno de los pilares básicos del flamenco. Aunque en su origen era un cante para bailar, las aportaciones de cantaores como el Loco Mateo, La Serneta y El Mellizo elevaron el cante por soleá a los altares en los que ahora mismo se encuentra.
Alegrías
Uno de los bailes más difíciles que existen dentro del flamenco, se considera que las alegrías proceden de las jotas aragonesas que los soldados de Napoleón llevaron a Cádiz. Las alegrías son un cante festero que sigue el mismo compás de la soleá, aunque con un ritmo más rápido y alegre.
Fandangos
Considerado de origen árabe y emparentado con la jota aragonesa y el fado portugués, el fandango tiene distinta personalidad según la zona de la que proceda, aunque los de Huelva y las malagueñas son los más extendidos. Se trata de un cante formado por una copla de 4 o 5 versos que no sigue un compás preestablecido.
Tangos
De origen incierto, el tango es uno de los cantes básicos del flamenco, junto con la soleá y la seguiriya. Comparte compás con el tiento, pero se adapta muy bien a la inspiración y el duende del cantaor, lo que provoca que esté en constante evolución. Destacan los tangos de Cádiz y Los Puertos, los tangos de Sevilla, los de Jerez y los de Málaga.
Sevillanas
Uno de los palos flamencos más conocidos en todo el mundo gracias al baile que la acompaña, ágil, alegre, vivo y de gran belleza. De obligada presencia en cualquier feria, romería o reunión de 3 o más andaluces que se precie, la sevillanas son un cante que va evolucionando con el tiempo, aunque se conservan los tipos clásicos: bíblicas, boleras, rocieras y corraleras, las que se cantaban en los corrales.
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