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Que Barcelona es la cuna del modernismo es algo que, a día de hoy, ya nadie duda. La ciudad catalana cuenta con un impresionante catálogo de edificios, algunos de los cuales no son muy conocidos, que cualquier amante de la arquitectura, en general, y de esta corriente artística, es particular, debería visitar sí o sí. ¿Ya los conoces todos? ¡Acompáñanos para descubrirlo!

La Sagrada Familia

Conocido en el mundo entero, el templo expiatorio de Gaudí dejó inacabado a su muerte es uno de los símbolos del skyline barcelonés y no es para menos: las dos torres más altas de la Basílica, las de la Virgen María y de Jesús, miden respectivamente 158 y 172 metros.

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El templo, que es una oda a la luz y sorprende por su ligereza, está previsto que sea terminado en 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte del arquitecto.

La Casa Batllò

Situada en la llamada “manzana de la discordia” la casa Batllò fue concebida para destacar sobre la casa Amatller (que veremos más adelante) y la casa Lleó i Morera, generando una disputa entre sus dueños que ha dado nombre a la manzana.

El arquitecto catalán más famoso de todos los tiempos se encargó no solo de la proyección y construcción del edificio, sino de tu decoración interior: desde los tiradores de las puertas y ventanas y los pasamanos de las escaleras hasta el mobiliario, Gaudí se encargaba personalmente de cada detalle, creando espacios impregnados de su sello personal.

La Pedrera

El otro gran edificio de viviendas proyectado por Gaudí se sitúa también en el Paseo de Gracia, pero algunos metros más adelante: La Casa Milà, más conocida como La Pedrera, adquirió ese nombre por el polvo que provocaban las obras durante su construcción.

Además del piso principal, adecuado a la época en la que la familia Milà vivía en el edificio, se puede visitar la azotea, en la que se contemplan de cerca las famosas chimeneas y en la que, por la noche, se puede contemplar un espectáculo de videomapping que hará las delicias de pequeños y mayores.

Casa Milá

La Casa Amatller

Sin salir del Paseo de Gracia y dentro de la ya mencionada “manzana de la discordia” podemos visitar esta casa, obra de otro de los grandes maestros del modernismo, Josep Puig i Cadafalch. La Casa Amatller, construida para que vivieran en ella Antoni Amatller y su hija, tuvo la primera tribuna abierta a la calle de toda Barcelona, con una columna de mármol rosa que hizo las delicias de propios y extraños y provocó más de una envidia en el barrio.

Además de la decoración modernista, Cadafalch incluyó multitud de elementos decorativos que se referían de forma metafórica a los dueños de la casa, como las referencias a la sabiduría, el ahorro, la elegancia o la fidelidad, personificadas en los animales que las representan.

El Palau de la Música Catalana

Cambiamos de barrio para visitar la obra cumbre del tercer gran arquitecto catalán del modernismo: Lluís Domènech i Montaner, padre del Palau de la Música Catalana, que ostenta el privilegio de ser la única sala de conciertos en todo el mundo declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Todo el edificio es espectacular, pero la sala de conciertos es verdaderamente impresionante: la decoración de Domènech i Montaner incluye a grandes figuras de la música, como Beethoven, acompañados de 18 musas modernistas, que representan épocas, culturas y artes distintas. De hecho, una de ellas toca unas castañuelas y lleva un vestido flamenco.

¿Quieres conocer el Palau de una forma única y original? Echa un vistazo a nuestra Palau Experience: disfrutarás de una visita con audioguía, una tapa española, podrás asistir a los ensayos del espectáculo y disfrutarás del increíble número de los artistas de Gran Gala Flamenco. ¿Se puede pedir más?

El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

Pero no todo eran edificios de viviendas y de ocio para la burguesía catalana: Domènech i Montaner recibió, a principios del siglo XIX, el encargo de diseñar y construir la nueva sede del Hospital de la Santa Creu, que distribuyó entre 13 pabellones modernistas en un complejo impresionante, que años más tarde finalizaría su hijo, Pere Domènech i Montaner, con otros 6 edificios con menos influencia modernista que los de su padre.

Además de a la estética, Domènech prestó gran atención a la practicidad, comunicando todos los edificios entre sí mediante un sistema de túneles subterráneos, para que los profesionales no tuvieran que salir al exterior. El edificio se utilizó como hospital hasta el año 2009 y actualmente se puede visitar por libre o en visitas guiadas.

La Casa Vicens

La más antigua de las obras de Gaudí en Barcelona (data de 1883) aunque en origen no pertenecía a la capital, sino al municipio de Gràcia, independiente en aquel momento. Recientemente restaurada, la Casa Vicens permite al visitante hacerse una idea de la evolución del estilo de Gaudí como arquitecto, aunque sus principios básicos ya estaban ahí, como demuestra la verja de la entrada, que imita las hojas de palma.

Casa VicensEl Palau Güell

Construido a petición de la familia Güell, una de las más ricas de la época, la casa Güell tomó el nombre de palacio porque ocupa una manzana entera. La suntuosidad y el lujo con el que fue construida bien merecen una visita, en la que no dejarás de asombrarte por detalles como las grandes puertas de acceso, pensadas para que se pudiera entrar a caballo, las celosías de los balcones, las chimeneas y la rica decoración de los techos.

Un detalle que no te puedes perder: la cúpula del salón central, cuya decoración emula a un cielo de verano cuajado de estrellas, en el que cada pequeño agujero representa un astro.

La Casa de les Punxes

Debe su nombre a las tres torres puntiagudas que lo forman (punxes es pinchos en catalán) y es conocida, también, como Casa Terradas, ya que fue encargada por Bartomeu Terradas Brutau a Puig y Cadafalch. Se trata de tres viviendas independientes, una para cada una de las hermanas del señor Terradas.

Su interior es mucho más austero que el de otros edificios modernistas, pero alberga una exposición sobre la leyenda de San Jordi y permite la visita a la azotea y las punxes que se ven desde la calle.

La Casa Padua 75

Aunque no es posible visitar su interior, por tratarse de una propiedad privada, la casa Padua 75, situada en la dirección del mismo nombre, merece el esfuerzo de acercarse a conocer su fachada, llamativa donde las haya: pintada en una mezcla entre verde manzana y granate, imitando un jardín vertical con flores.

Este edificio, de 1903, fue obra de Jeroni Granell i Manresa y albergó la sede del laboratorio de perfumes Esencias Buil en 1970. En 1989 fue rehabilitada por el estudio Alonso Berenguer Arquitectes Asociats.

El flamenco, otra visita imprescindible en Barcelona

Si ya has pasado el día disfrutando de la mejor arquitectura catalana, con la noche llega el momento de relajarse viendo uno de los espectáculos que no te puedes perder si visitas Barcelona: el increíble show de Gran Gala Flamenco, la mejor exposición de este arte fuera de Andalucía. ¡Reserva ahora tus entradas para el Teatro Poliorama o el Palau de la Música!

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